Salir de deudas no es cuestión de voluntad infinita; es un método claro aplicado con consistencia. En México convivimos con tarjetas bancarias y departamentales, créditos de nómina, financiamientos de auto y pagos a meses. Aquí aprenderás a elegir entre “bola de nieve” y “avalancha”, organizar tus cuentas con CAT y diseñar un plan de 90 días para recuperar el control sin dejar en cero tu vida.
1) Haz el inventario con datos completos
Abre una hoja de cálculo y registra por deuda: institución, saldo, tasa o CAT, pago mínimo y pago para liquidar en 12-24 meses. Incluye comisiones y seguros. Ejemplo típico: tarjeta A saldo 18,000 MXN (CAT 78%), mínima 900; tarjeta departamental B 8,500 (CAT 85%), mínima 600; crédito de nómina 45,000 (CAT 38%), pago quincenal 1,350; auto 120,000 (CAT 20%), mensualidad 3,800. No adivines: consulta tus estados y el simulador de tu banco para estimar intereses.
2) Bola de nieve vs avalancha: cuál te conviene
Bola de nieve ordena de menor a mayor saldo. Pagas el mínimo en todas y el extra al saldo más pequeño. Al liquidarlo, “ruedas” ese pago a la siguiente. Ventaja: motivación rápida; desventaja: podrías pagar más intereses si la tasa del saldo pequeño es baja. Avalancha ordena de mayor a menor tasa/CAT. Enfocas el extra a la deuda más cara. Ventaja: pagas menos intereses; desventaja: el primer “win” puede tardar. ¿Cuál elegir? Si te cuesta mantenerte motivado, empieza con bola de nieve. Si tienes disciplina y tasas muy distintas, usa avalancha. Lo importante es no cambiar de método cada mes.
3) Ejemplo con números
Supongamos que puedes destinar 4,500 MXN/mes a deudas (mínimos + extra). Con bola de nieve: pagas mínimos a nómina y auto; atacas la departamental B con 1,500 extra para liquidarla en 4-5 meses; luego ese monto pasa a la tarjeta A. Con avalancha: te enfocas primero en la departamental B (CAT 85%), después tarjeta A (78%), y dejas nómina y auto al ritmo contractual. En ambos casos, congelas el uso de tarjetas y cancelas compras a meses hasta que tengas al menos un mes sin intereses rotando.
4) Microacciones de flujo
Para acelerar, genera “mini excedentes”: vende lo que no usas, recorta suscripciones duplicadas, cambia un plan de celular a uno más barato por 90 días, y aplica semanas de “despensa mínima” usando lo que ya tienes. Todo extra va directo a la prioridad del mes. Considera portabilidad de nómina si tu banco actual cobra comisiones y otro te ofrece condonarlas; cada peso cuenta.
5) Consolidación: cuándo sí y cuándo no
Unificarse puede ayudar si consigues una tasa significativamente menor y te comprometes a no seguir usando las líneas originales. Puntos a cuidar: que el CAT total (incluyendo comisiones por apertura y seguros) sea inferior al promedio actual; que el plazo no se extienda tanto que termines pagando más intereses; y que no quede saldo remanente en las tarjetas. Evita “despachos milagro” que prometen borrar tu buró; busca alternativas formales y compara en simuladores oficiales.
6) Plan de 90 días
- Día 1-7: inventario completo y elección de método
- Día 8-14: recortes temporales y generación de excedente
- Día 15-30: primer pago agresivo a la deuda objetivo
- Día 31-60: segundo y tercer pago agresivo; revisión de avances
- Día 61-90: consolidación solo si bajará tu CAT real; si no, continúa
Agrega una reunión quincenal de 20 minutos para verificar que no “reviviste” la tarjeta. Si tu ingreso es variable, destina un porcentaje fijo (por ejemplo, 15-20%) de cada pago recibido al plan, así estabilizas el ritmo.
7) Evita recaer: hábitos blindados
Cuando liquides la primer deuda, no te sueltes: conserva tu presupuesto y coloca el 50% del “pago que se liberó” en construir un fondo de emergencia. Con 1-2 meses de gastos cubiertos, la probabilidad de volver a endeudarte por un imprevisto cae dramáticamente. A futuro, usa las tarjetas como aliadas: paga total para evitar intereses, desactiva compras a meses en consumibles y revisa el CAT antes de aceptar ofertas. Si tienes compras planeadas a meses, que sean de durables (ej. una lavadora) y con mensualidad que quepa en el 30% de tu ingreso destinado a necesidades.
8) Señales de alerta
Si tu pago mínimo supera el 40% del ingreso, si pides prestado para pagar deudas o si recibes llamadas de cobranza por atrasos, actúa ya. Prioriza gastos vitales (alimentación básica, vivienda y transporte), negocia con instituciones formales y evita créditos de “dinero inmediato” con costos elevadísimos. Un presupuesto honesto es la base de cualquier negociación.
No hay éxito pequeño en el camino de las deudas: cada cuenta que se apaga es energía y dinero que vuelve a tu familia. Elige una estrategia, blíndala con hábitos y celebra cada avance.